El presidente Joe Biden ordenó el martes al ejército estadounidense que apoyara la defensa de Israel e interceptara misiles iraníes dirigidos al país, tras una importante escalada en el conflicto de Oriente Medio.
La Casa Blanca confirmó que Biden y la vicepresidenta Kamala Harris monitorearon la situación desde la sala de situación de la Casa Blanca.
“El presidente Biden ordenó al ejército estadounidense que ayudara a la defensa de Israel contra los ataques iraníes y derribara misiles que apuntan a Israel”. dijo la Casa Blanca en un comunicado.
La crisis se intensificó el martes cuando el ejército israelí y los medios estatales iraníes confirmaron lanzamientos de misiles desde Irán hacia Israel, lo que marcó un aumento significativo de las hostilidades.
Los misiles apuntaron a las principales ciudades de Israel, incluida Tel Aviv, en represalia por las muertes del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, y del líder de Hamas, Ismail Haniyeh.
Nasrallah murió durante ataques aéreos israelíes en el Líbano, mientras que Haniyeh murió en un bombardeo en Teherán, que ha sido ampliamente atribuido a Israel.
Las sirenas de ataque aéreo sonaron en todo Israel y se escucharon explosiones en Jerusalén mientras los sistemas de defensa aérea del país se apresuraban a interceptar los misiles.
El espacio aéreo israelí se cerró rápidamente, y los vecinos Irak y Jordania hicieron lo mismo, cerrando sus espacios aéreos a medida que aumentaban las amenazas de misiles.
El conflicto ya ha visto ataques anteriores, incluidos ataques terrestres israelíes en el sur del Líbano, dirigidos a militantes respaldados por Irán.
El Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, discutió previamente la creciente amenaza iraní con el Secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, lo que llevó al despliegue de tropas estadounidenses adicionales en la región.
Los líderes internacionales, incluidos Rusia y China, han pedido una reducción de la tensión, y las Naciones Unidas han hecho sonar las alarmas sobre la creciente crisis humanitaria.
El conflicto ha desplazado a miles de personas y ha provocado numerosas víctimas, y los continuos ataques aéreos en el Líbano, Gaza y Siria exacerban la situación. A pesar de los llamados globales a la calma, la violencia continúa aumentando, generando preocupaciones de una desestabilización regional más amplia.